
Experiencias enriquecedoras
Fue por estas fechas que empecé a ir a la cárcel de Zuera en Zaragoza. Allá por el año 2017, en Barcelona, gracias a la propuesta de mi compañero en los escenarios, Txema, realicé por primera vez un espectáculo en una cárcel.
Concretamente en Centro Penitenciario Quatre Camins. Me sentí tan lleno en ese bolo, que no tardé en repetir, justo tres meses después, en Zuera, de la mano de Estela Millán. Para el mes de junio, acepté la invitación de Txema, que además de ser mago, es un gran ser humano, alguien que se ocupa y se preocupa por los demás.
Junto a Flavia Vallega, llevamos un show conjunto que fue un éxito en el módulo del D.A.E. de Quatre Camins.
Contacté con Estela previamente, para pedirle consejo, pues su experiencia en la cárcel de Zuera me podía aportar solidez y confianza.
Ya en septiembre, nos presentamos en el Centro Penitenciario de Zuera con el show al que llamamos “No Dudaría” & Libre Voz”. Flavia se deja llevar y conquista con su “LibreVoz” a todos y cada uno de los asistentes. Es mágica, terapéutica y divertida.
Mi parte, “No Dudaría”, estaba basada en la canción de Antonio Flores y se convirtió en la puerta de entrada a la confianza y entrega de los internos. También nos llevó a un concierto variado, con peticiones y participación activa, pues yo saltaba desde el escenario a la platea sin cesar para allanar distancias y convertirnos en “Todos Somos Uno”, que así denominé en 2018 el evento.
Estela me dio a conocer su labor de voluntariado allí. Su gran amor por los demás, su incesante acción y su entrega de vida, le da alas en un mundo poco acostumbrado a aceptar seres humanos de esa dimensión. Su guía se convirtió para mí en un manual que memoricé al detalle.
Me sentí muy acogido por todas las personas del centro. Desde Carlos, la persona que me hizo de enlace para entrar a Zuera, hasta los técnicos de luces y sonido, internos que realizaban dos tareas desde mi punto de vista, que todo funcionase en el teatro y que me olvidase por completo que residían allí. Carlos, no solo hizo de puente para que llevásemos la música a los internos de Zuera, sino que facilitó todo tanto, que fue un placer llevar a cabo dos pases para llegar a más personas.
Al salir a escena, recordé un documental sobre conciertos en las cárceles. Ello me llevó a eliminar barreras acercándome en muchas canciones a la platea para compartir micrófono y emociones.
Las peticiones eran variadas, la entrega era verdadera, la… …olvidaba dónde estaba. Me sentí como en cualquier otro lugar. La complicidad delataba que las emociones nos llevaban a través de las canciones.
Al llegar a la parte “LibreVoz”, Flavia de nuevo les hacía volar con su arte y su carisma. Con la sencillez de una niña, la profesionalidad de una gran voz y la soltura terapéutica de su canto libre, les liberó de bloqueos y vergüenzas, lanzándoles a cantar su propio nombre en una melodía inventada, o repetir notas “dibujadas” e inventadas por ella.
Todo ello me llevó a Solicitar a mis vecinos Rubén y Sara, el poder acceder al Centro Penitenciario Puig De Les Basses, en Figueres, Girona. Pero esto ya lo contaré en otro momento.
Gracias por todo lo aprendido.
Jordi Moncayo.
Al realizar este post le pedí a Estela que me hiciera un resumen sobre su labor y la de su voluntariado; quién mejor que ella para haceros llegar todo ese trabajo y el proyecto que realizamos:
Nuestras actividades de voluntariado se desarrollan principalmente sobre cuatro colectivos en riesgo de exclusión social: personas mayores, hospitales, personas con discapacidad y personas privadas de libertad.La propuesta a Jordi Moncayo, en un principio, era para realizar esas actuaciones en nuestro grupo de “Inteligencia Emocional”. Pero luego, siendo que venia de tan lejos, pensamos que por qué no hacerlo a nivel general, para todos los módulos que fueran posibles. La primera de las visitas se hizo únicamente para los módulos de respeto, en el que tenía actuaciones de 150 a 200 personas por la mañana, e igualmente por la tarde. Eso en cada una de las veces que ha venido.
Recuerdo Jordi, esa sensación mágica que movía a todo el mundo y que llegaste a emocionar a tantas personas.
Lo más destacable es que alguna persona te llegó a comentar que se habían olvidado por momentos de que estaban en la cárcel.
Soy Txema, funcionario del Centro Penitenciario Quatre Camins. Hace cuatro años le pedí a Jordi Moncayo si podía colaborar en el departamento de discapacitados intelectuales D.A.E. del centro, haciendo lo que él mejor sabe hacer… cantar.
Desde entonces no ha dejado de venir dos veces al año, en verano y por la Merced. La situación actual lo ha hecho imposible este año. No es extraño que los internos no dejen de pedirlo, viendo los efectos que la música les provoca con canciones tan diversas y el estilo propio de cantar que tiene Jordi, convirtiendo, durante hora y media, el escenario penitenciario en un lugar de luz, música y arte.
Gracias, Jordi por tu generosidad.
Ahora eres parte de nuestro equipo.
Txema (Departamento de Atención Especializada DAE)
Soc Txema, funcionari del Centre Penitenciari Quatre Camins. Fa quatre anys li vaig demanar a en Jordi Moncayo si podia col·laborar en el departament de discapacitats intel·lectuals D.A.E. del centre, fent el que ell millor sap fer… cantar.
Des de llavors no ha deixat de venir dues vegades a l’any, per l’estiu i per la Mercè. La situació actual ho ha fet impossible aquest any. No és estrany que els interns no deixin de demanar-ho, veient els efectes que la música els hi provoca amb les cançons més diverses i l’estil propi de cantar que té Jordi, convertint, durant hora i mitja l’escenari penitenciari en un lloc de llum, música i art.
Gràcies, Jordi per la teva generositat.
Ara ets part del nostre equip.

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